Por alguna causa los títulos siempre han sido para mí un dolor de cabeza.
En el caso de Donde empieza la noche, ya con la novela terminada, barajé con varios títulos posibles, pero me di cuenta que éste era el correcto al encontrarme una cita que me estremeció:
Se trata de un breve fragmento del cuento “Pan Comido”, de ROALD DAHL:
“Había este gran acantilado y más allá no había nada más que oscuridad, aunque el sol brillaba en el campo por donde yo corría. La luz del sol se detenía en seco al borde del acantilado y más allá solo había tinieblas. «Ahí debe ser donde empieza la noche», pensé”.
En la novela pasa lo mismo, de un modo u otro cada uno de los personajes llegan a su propio acantilado y más allá de él no hay sino oscuridad. Saben intuitivamente que para ellos lo que sigue, después de las decisiones que han tomado, es ese abismo, esa negrura, pero no pueden resistirse a saltar. Ese salto es lo que cuenta Donde empieza la noche.