Sexo y erotismo en Donde empieza la noche

El sexo y el erotismo son elementos fundamentales de Donde empieza la noche.

Cada personaje se relaciona con la sexualidad, el deseo y el erotismo de forma particular. Incluso no lo hacen siempre igual. Dependiendo de la circunstancia específica, viven el sexo de manera diferente.

Mientras que en cierto momento el sexo es una manera de entregarse al gozo y al placer, en otra circunstancia se convierte en la manera más intensa de manifestar el amor, pero también es una forma de explorar las obsesiones, las manías, los deseos secretos e inconfesables, y del mismo modo en algún punto se convierte en un instrumento de perversidad y sometimiento, y en un vehículo para controlar a los demás.

El sexo en Donde empieza la noche, salta de la carnalidad más escatológica al erotismo más delicado y sutil, para convertirse en ocasiones en violencia y abuso pero para reivindicarse también como la manifestación más pura y profunda del amor verdadero.

Desde luego, merece la pena diferenciar el ejercicio del sexo y el erotismo que los personajes practican en los distintos pasajes de la novela, con la reflexión que hacen en otros momentos acerca de la sexualidad. La combinación de ambas: acción y reflexión, permite al lector integrar las conductas con las ideas que las producen.

La sexualidad humana es muy compleja y posee un sin fin de matices y posibilidades. En Donde empieza la noche se exploran sólo algunas de ellas, en especial aquellas manifestaciones que nos permiten entender un poco mejor, a la manera de intensas metáfora, los tres grandes temas de la novela: el poder, el deseo y la traición.

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